14 septiembre 2009

autobiografía

En su cara tenia pintado mentirosa. Se grapo con tristeza una sonrisa y maquillo con dureza las ojeras. Cada mañana el mismo ritual, se viste y sonríe al espejo. Por último suspira con fuerza, como dándole una calada a la vida. En su infancia fue como la típica niña gorda, pero nunca tuvo problemas de peso. Su gran problema era la falta de autoestima y la incapacidad de integrarse. Ahora, años después, todavía le cuesta hablar con la gente. Cada vez que conoce a una persona nueva, cada vez que tiene que entablar una conversación, la barrita de vida disminuye. Y solo puede pensar en llegar a casa, acostarse sobre el game over que duerme en su almohada y desear estar sola.


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